CONFLAGRACIONES
La guerra no nos cambió, trazó
fronteras infranqueables
mientras los niños eternos de la
canción no querían reírse
ni esperaban lunas bordadas en la
sangre escarchada de la madre.
La historia no nos cambio y nada cambia
ahora
tampoco,
están perdiendo los mismos.
Soldaditos de plomo de una sola pierna
avanzan en mi memoria por lugares recónditos que nunca existieron.
Tengo el recuerdo ubicuo de lo que
nunca viví, tejido por imágenes palpitantes, palabras de poeta,
ruidos sordos de bombas subterráneas, carteles de guerra, puños en
alto, pasos del Ebro y hambre. Tanta hambre…
La utopía nuevamente perdida, nunca
más perdida que en este instante.
He hundido mis manos en el polvo de las
antiguas trincheras y solo quedan reflejos del carnaval andante de
la España eterna y atroz.
BELLUM
INTIMUM (Guerra íntima)
Quiero buscar la belleza y no la
encuentro,
aspiro al culto de los astros que no
poseo,
nunca como ahora todo fue tan fácil y
tan vano
y nunca tan difícil.
Quiero tejer mi viaje exterior en
CONSONANCIA
con mi periplo interno pero no quedan
boletos en la cabina expendedora de la suerte.
Se cierran puertas gigantes que
doblegan mis orejas como perra, y salen en manadas de luto lágrimas
espesas y salobres.
Me he convertido en Penélope que
espera a pesar de Ulises, tejiendo un manto de infinitas noches
negras,
de una negrura encomiable.
Tiemblo ante las diásporas de mi
destino,
mientras coso rosas en la piel
conozco las aventuras de cada uno de
sus tripulantes.