Toco mi cicatriz
-no es una cruz-
un eje de coordenadas que surca mi
vientre,
símbolo túmulo que pese a todo
me ha librado de las larvas.
Ignoro cómo puedo caer en el vértigo
eclipsado en el vacío
-el más existencial, el único
existente-
ahora cuando dentro albergo tu semilla.