Coger la biznaga por el tallo, lamer la
salvia divina justo a tiempo porque el verso es un vagón de tren que
parte presto.
El silbato del maquinista se escurre
entre los dedos- templanza del grano de arena deslizante en el reloj
oblicuo-.
De todo lo difícil elijo el verso, lo
imposible de asir, lo lastimero- pentagrama de papel, impensable
sostener la melodía-.