Por el rincón del pueblo que solo
conquistaste, te veo crecer de espigas, cardos y amargura-rincón
místico de una generación cercenada por la abulia-.
Hemos vuelto a convocar los muertos en
el velorio de nuestras almas desgastadas-no solo se destila la uva en el
vaso, también el cariz de genio incomprendido- y todo se transforma en pantomima.
Dame este acorde gitano de desgarro –
duende, consuelo y siempre duende-.
Vamos a beber esta noche que es
sufriente y malsana- las sombras de la luna se han estirado
trágicamente junto a nosotros-.
Exorcicémonos para poder ver de pie al
demonio.