lunes, 23 de septiembre de 2013

MACHADIANAS


MACHADIANA I
Agotada de diásporas infructuosas, aviejada y amorfa sin sustancia, contaminada de polvo de olivares, anhelante de patios y surtidores a poca distancia de mi casa pero verdaderamente infranqueables. Viendo palabras que se escapan, floreciendo en la palma de otras manos. He medido el tiempo en cuentagotas para ver qué monótono es el tictaqueo de la vida, mi vida libra batallas jugando al solitario. No encuentro el camino de vuelta.

MACHADIANA II
La flor del naranjo acaricia con su tibieza las yemas de mis dedos
He sentido la nostalgia de la flor del naranjo en primavera cuando empujaba la vida calzada abajo entre adoquines anegados por el polvo. En este pueblo de muertos paso entre ojos color de aceituna que me regalan con su indiferencia mientras que mi alma se hace jirones inexistente, olvidada de todos, inerte el espíritu que tal vez ponga a secar mañana en la azotea encalada.

MACHADIANA III
Olor a pucheros sus calles
para complacencia de boinas y bastones.
Canales de lejía desembocan en cada zaguán cubriendo telas
de encaje de bolillos.
Sobrevuelan ángeles negros
cumpliendo pronósticos de los relojes de cuco.
Hoy ha pasado por entre sus calles
la juventud equidistante.